Pablo
Antonio Cuadra
(Nicaragua, 1912-2002)
Pablo Antonio Cuadra:
Voz de la Hispanoamérica
Por José María Valverde
Publicado en el «Suplemento
Semanal»
del Diario La Prensa,
Managua, 5 de Enero de 2002
Y pasarnos a Nicaragua, el país
privilegiado poéticamente en Centroamérica, gran potencia lírica para
su pequeño tamaño. Ya habíamos hablado en otro capítulo de las
primeras promociones de esta resurrección colectiva posrubeniana, y
habíamos señalado a José Coronel Urtecho como quien más marcó con su
magisterio la situación poética que llega hasta hoy. Esta situación la
encabeza Pablo Antonio Cuadra (1912-2002), su obra poética -cuando
escribimos, en plena y aún sorpresiva marcha- arranca del final de los
años veinte y atraviesa por etapas de muy variada índole, no siempre
igualmente memorable. (A su obra dramática se aludirá en otro momento.)
Tras la animación, a menudo folclórica, de "Canciones de pájaro y
señora" (1929-1931), un primer acierto pleno fueron los "Poemas
nicaragüenses" (1930-1933), hoy extrañamente vivos y actuales; el
poeta, a primera vista, pretende sólo dar estampas de su país en un
lenguaje que iba a ser el más típico y mejor de la poesía
hispanoamericana de los años sesenta -o para ser más exactos, el
lenguaje posterior al "Canto general" y, a la difusión de
Vallejo, entonces generalmente desconocido- un lenguaje jugoso, coloquial,
con un punto de humor, pero con cultivada elegancia de frasco. Esas
luminosas estampas -así, "Introducción a la tierra prometida, El
tío Invierno, Escrito sobre el congo, Horqueteado, El viejo motor de
aeroplano, La venia de las vocales...! - son algo más que color y,
visión, cargadas del latido del país, en su pobreza -Patria de tercera-
por más que sólo excepcionalmente se aluda a la lucha en que entonces
Sandino tenía en jaque a los marines norteamericanos -Poema del momento
extranjero en la selva- La experiencia del entonces aún vigente
vanguardismo, ya está asumida en una nueva expresión, clara y elocuente,
con redondeos de salmo bíblico; como en Introducción a la tierra
prometida:
Portero de la estación de las mieses,
el viejo sol humeante de verdes barbas vegetales sale a la mañana bajo
una lluvia de prolongados tamboriles y vemos su hermoso cuerpo luminoso
como en vitral, labrador de la tierra, abuelo campesino de gran sombrero
de palma, cruzando con sus pesados pies la blanda, arcilla gimiente.
Hombres valientes nos han antecedido.
Mujeres fuertes [como los vientos de Enero que no decaen bajo la ardiente
cólera del astro, para subir tu palabra como crece el maíz a la altura
del hombre y vigilar desde tus ojos recios en lodo este horizonte de tu
dominio...
La capacidad óptica del lenguaje de
Pablo Amonio Cuadra llegaba en ese libro ya a su total eficacia, como, por
ejemplo, en Quema:
... A las doce del día miércoles 18 de abril
avanzó chillonamente una enorme hoguera anaranjada
y la seca hojarasca
se levantó aletargada en nubes pesadas y sucias como una
[manada de cerdos.
Las llamas corno pisándose sus largas túnicas rojas
avanzaban y caían sobre los siete meses de sequía.
Oprimidas por el humo aplaudieron estrepitosamente miles
[de alas desesperadas
con la nerviosa emoción de las grandes tragedias...
Pero, después de lograda esta
concreción, el poeta nos sorprende con un largo poema, entre filosófico
y simbólico, "Canto temporal" ( 1943), casi hermético en en su
arranque; en definitiva, postulador de un cristianisno concreto, pero sin
salir de una voz un tanto emblemática y, preciosista. Desde allí, en
otro libro bastante heterogéneo (Himno de horas a los ojos de Nuestra
Señora, 1946-1954), Pablo Antonio Cuadra vuelve a tornar alguna vez
el tono de los "Poemas nicaragüenses", en medio de otras nuevas
experiencias líricas. Pensamos sobre todo en el Himno nacional (En
vísperas de la luz):
Países hay que escogieron calendarios afanosos para
eclipsar las antiguas escrituras.
Llamase Imperio el dolor de unos hombres lejanos.
Se llamará «Inmortal» un nombre arrojado contra el bronce.
Pero he aquí que existe este hogar dispuesto para ser eterno
por la sola palabra que un ángel dicta recorriendo
los maitines.
¡Mi pequeño país es habitado por vegetales menos solemnes,
por silencios naturales que van de canto a canto, entre hombres así,
entre montañas asequibles al llanto
y ríos prudentes que transportan con mansedumbre sus estrellas!
(mi pequeño país (cristiano o se compone de unas pocas primaveras y
campa narios, de zenontles, cortos ferrocarriles y niños marineros)...
Luego, el poeta, en "Poemas con
un crepúsculo a cuestas" (1949-1956), condensa su voz, ahora cargada
de Una nueva melancolía augural -El ángel, Oración por Joaquín Pasos-,
que pronto, en Noviembre, también se concreta en alguna estampida de
violenta lucha política, dejando atrás toda imagen sonriente de su
país. Entonces, Pablo Antonio Cuadra recurre al mundo de las imágenes
aborígenes de su país, a la mitología de los indios, a los dibujos de
su arte, enajenado y sufrido a través de los siglos hasta hoy -El Jaguar
y la luna (Poemas para escribirse en cerámica (1958-1959)-; así, la Urna
con un perfil Político:
El caudillo es silencioso
(dibujo su rostro silencioso)
El caudillo es poderoso
(dibujo su mano fuerte.)
El caudillo es e1jefe de los hombres armados
(dibujo las calaveras de los hombres muertos).
Pero tal vez este tono epigramático
-alusivo también al tono de las traducciones de poemas indígenas
centroamericanos- ¡no deja pleno vuelo allí a la voz de Pablo Antonio
Cuadra, que vuelve a expandirse, alcanzando un nuevo nivel de plenitud en
dos líneas diversas: una, los "Cantos de Cifar" una secuencia
de breves poemas en que se pinta la vida de los pescadores del gran Lago
de Nicaragua, centrada en la figura de Lino de ellos, Cifar Guevara, alias
El Cachero; la otra línea, más compleja, está animada sobre todo por la
disconformidad social. Alguna vez, encontrarnos aquí la voz del indio,
aplastado y desdeñado, para reducirse a mero material de antropología:
... ¡Ah! Mis cantos
¿seroin también arqueología?
Investigadores
cavan el hogar de mi sueño.
Oigo sus términos. Escucho.
No dicen: «amó como nosotros».
Miden mi cráneo
Otras veces, el dolor popular se configura en retratos de gente humilde, o
hay burlonas caricaturasde los patriarcas de la clase media, o incluso el
mismo poeta, abuelo ya, sueña con la vieja casa campesina al reunirse con
los suyos en la afanosa ciudad:
... Hablamos de esto y de lo otro en la apretada salita
como conspiradores bajo el sofocante
y ordenado itinerario de los relojes
porque todos trabajan, duramente,
invirtiendo su vida en el negocio de perderla
y llegan llenos de cifras como los carpinteros de virutas,
fatigados de información...
La Prensa
Literaria de PAC
En 1958 la Prensa inicia la publicación de su suplemento cultural
dominical llamado desde entonces "La Prensa Literaria" que se ha
mantenido casi ininterrumpidamente hasta hoy. La publicación es una
iniciativa del poeta Pablo Antonio Cuadra que contó con el apoyo decidido
del director del diario en ese entonces, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.
Sin embargo, el antecedente de este
suplemento lo encontramos desde 1954 cuando la Prensa destinada dos
páginas de su edición ordinaria dominical para tratar asuntos
culturales. En esas páginas se publican comentarios sobre cine,
fotografías de las tradiciones del pueblo nicaragüense, reseñas de
libros o comentarios de teatro. Por ejemplo, en la edición del domingo 23
de enero de 1955 La Prensa convocaba desde estas páginas a un concurso
sobre crítica de cine. La película a criticar era "Orfeo", del
director francés Jean Cocteau.
Otro domingo encontramos una crítica
a la novelas radiales que se transmitían en esa época en Nicaragua.
"....la vulgaridad, la bajeza, la opresión de mujeres villanas
pueblan el aire a igual que vampiros y buhos".
Luego la crítica moralista se torna
nacionalista:
"....el ambiente
cubanísimo que dan las emisoras con sus novelas raya en el
extranjerismo".
El
poeta Pablo Antonio Cuadra ha sido el editor de La Prensa Literaria desde
su fundación. El suplemento conserva los métodos tradicionales de
selección de publicaciones que cuida que éstas no lesionen las bases
sustanciales que de forma histórica han sido la base de la filosofía
idealista de nuestro siglo. "Las bases sustanciales" son para
Pablo Antonio Cuadra: la familia, la religión, la democracia en su
versión occidental, el pudor y la moral.
El suplemento nunca ha tenido consejo
editorial, sin embargo algunas secciones han tenido direcciones autónomas
de otros destacados intelectuales nicaragüenses. Hasta 1965, poco más de
diez años si se consideran las hojas dominicales que empezaron a aparecer
en 1954, el suplemento dominical daba espacio a anuncios publicitarios.
Después de esa fecha el contenido fue eminentemente cultural.
En los años 60 La Prensa Literaria
instituyó "El Güegüense de Oro", un galardón anual otorgado
a los acatares y actrices más destacados en el teatro.
En agosto de 1978, La Prensa Literaria
interrumpe su publicación como consecuencia del período de efervescencia
insurreccional que vivía Nicaragua para ese tiempo.
En el desarrollo de este suplemento
cultural se puede hablar de cuatro etapas:
—Desde la fundación hasta
1965. Es un suplemento que comienza como sección dominical del
periódico, esta abierto a la publicidad y se edita en formato estándar.
—Desde 1965 hasta 1972. Continúa publicándose en tamaño standar pero
por definición editorial no hay espacio para la publicidad en su
contenido.
—Desde 1972 hasta 1978, después del terremoto el suplemento aparece en
tamaño tabloide.
—Desde 1978 hasta 1992. Con el triunfo de la revolución y la aparición
de otras publicaciones culturales periódicas, la Prensa Literaria
comienza a perder su hegemonía, sin que ello signifique que deje de ser
uno de los suplementos culturales más prestigiados de Nicaragua.
Actualmente La Prensa
Literaria acoge a los intelectuales más destacados del país.
Fragmento de la monografía de estudiantes de periodismo de la UCA :
"Historia y diagnóstico actual de la infraestructura de los medios
masivos de comunicación en Nicaragua (1930-1992)".
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