Isaac Babel
(Odesa, Ucrania, Imperio Ruso, 1894 - Prisión Butyrka, Moscow, 1940)
Reconciliación (1923)
[“Continuación de la historia de un caballo”]
(“Продолжение истории одной лошади”)
Originalmente publicado, como “Тимошенко и Мельников” [Tymoshenko y Melnikov],
en Известия Одесского губисполкома
[Boletín del Comité Ejecutivo Provincial de Odessa] (13 de abril de 1923);
reimpreso en Красная новь, 3 (abril-mayo de 1924), págs. 28-29;
Конармия [Caballería] [roja]
(Moscú-Leningrado: Editorial del Estado, 1926, 170 págs.)
Cuatro meses hacía que Savitski había
despojado a Chlebnikof, el comandante del primer escuadrón, de su semental
blanco. Chlebnikof había dejado el ejército después. Hoy recibió Savitski una
carta de él:
Yo no guardo ya rencor a la caballería de
Budienny. Yo sé lo que he sufrido en el ejército y guardo el recuerdo en el
corazón, más puro que un santuario. Y la masa trabajadora del territorio de
Vitebsk, donde soy presidente del Consejo Revolucionario, le envía a usted,
compañero Savitski, héroe famoso, su saludo proletario: “¡A la revolución
mundial!”, y desea que el consabido semental blanco le lleve todavía
muchos años por caminos suaves para bien de la amada libertad y de la república
fraterna. Todo lo cual vigilaremos con ojo avizor, especialmente la
administración en los pueblos...
Contestación de Savitski:
¡Fiel compañero Chlebnikof!
La carta que me has escrito es muy
laudable para la causa común, sobre todo si se tiene en cuenta el dolor con que
tú te tapaste los ojos con tu propia piel y saliste de nuestro Partido
Comunista Bolchevique. Nuestro Partido Comunista, compañero Chlebnikof, es un
férreo cortejo de guerreros que derraman su sangre en las primeras filas, y
cuando fluye sangre por el hierro ya no hay bromas: se trata de vencer o morir.
Eso pasa con nuestra causa común, cuyo triunfo no presenciaré yo, pues la lucha
es dura y cada dos días tengo que reponer los efectivos de mis jefes. Hace
treinta días y treinta noches que cubro con la retaguardia, expuesto al
inminente fuego de la artillería y de la aviación enemigas, el invencible
primer regimiento de caballería. Ha muerto Tardy, ha muerto Luchmanikof, ha
muerto Lykoschenko, ha muerto Gulevof, ha muerto Trunof, y el semental blanco
ya no está conmigo; de manera que no puedes contar, compañero Chlebnikof, toda
vez que la fortuna de la guerra es versátil, con ver otra vez a tu querido
comandante de división Savitski. Como suele decirse, nos veremos en el cielo;
pero como para los viejos no debe haber allá arriba un cielo sino un verdadero
burdel, y como para gonorrea, bastante tenemos ya en la tierra, es probable que
no nos veamos más. De manera que consérvate bien, compañero Chlebnikof.
Literatura
.us
Mapa de la biblioteca | Aviso Legal | Quiénes Somos | Contactar