Roque Dalton
(El Salvador, 1935-1975)

CUATRO ETAPAS EN LA LITERATURA DE ROQUE DALTON

(Conferencia dictada en el Ateneo de Madrid, España
durante el VI Congreso Mundial de Poetas
Julio 1983)

Tirso Canales


En la obra literaria de Roque Dalton, es conveniente diferenciar algunas etapas, histórico-creativas que se suceden en veinte años de trabajo intelectual realizado por este autor salvadoreño. Los resultados de su producción literaria en general pueden ser comentados por medio de metodologías no convencionales. De manera sencilla podemos deducir cuestiones importantes mientras nos adentramos en su obra a través de géneros, libros organizados en sucesión cronológica; también podemos tratarla por etapas o períodos globales, limitados por ciertos hechos no comunes ocurridos en la vida del autor, tales como estadías en el país o fuera del mismo, desenvolvimiento social-individual, evolución de su obra, toma de posiciones políticas o adopción de matices ideológicos, etc.

La Primera etapa recoge las rosas inevitablemente románticas, juveniles, del poeta en impronta deslumbrante.

A nuestra memoria cae el recuerdo de su primera plaquetita verdepálido, editada por la Editorial Universitaria, dirigida, por el poeta Italo López Vallecillos, en San Salvador. Rememoramos con emoción y la fuerza de un pasado ya bastante lejano, pero muy presente todavía en el espíritu y en el quehacer poético de este país.

Mía junto a los pájaros, se titulaba aquel poema de luzasos surrealistas que retaban a la gente conservadora de la capital salvadoreña, en la década de los años 50, a sacudirse la cabeza para buscar nuevas formas del pensamiento creativo.

En esos momentos la poesía pugnaba por convertirse en instrumento de crítica social, luchando contra un alto porcentaje de indiferencia cómplice de la injusticia del régimen. La utilización de la forma poética como vehículo conductor de la nueva concepción estética, fue uno de los grandes aportes de la formidable generación, que se dio el lujo de empeñar su propia seguridad por hacer literatura. Aquellos eran años pletóricos de humor y energía aflorados en la misma década de los años 50.

Eran años de jóvenes temperamentos llameantes de la historia nueva. Roque Dalton era uno de ellos, y juntamente con el poeta guatemalteco Otto René Castillo, ofrecía Dos puños por la tierra un poema solidario de escritura camaderil. La juventud creadora escribía poemas exaltados y homenajeaba la rebeldía de los pueblos latinoamericanos. La lucha de los intelectuales y estudiantes de aquellos tiempos, contra las dictaduras y el imperialismo yanqui, dejó huellas marcadas, muy a pesar de quienes los persiguieron valiéndose del poder político y económico dictatorial.

En aquella primera etapa, Roque Dalton, aparece entremezclado con sus amigos y compañeros de inquietudes. Todos ellos suscribían con variantes el mismo ideal que era su filosofía, su bandera de combate e inspiración poética. Jóvenes aquellos que rejuvenecieron la historia con la sinceridad de sus aspiraciones.

Poemas de tipo alegre nacieron de la sensibilidad del poeta Roque Dalton, en cuya mente bullía la idea de la lucha por la libertad y la felicidad como bienes supremos anhelados por aquella generación de grandes ideales.

La abrupta irrupción en la vida política y social, fue igualmente la que propició la preparación de los instrumentos de los jóvenes escritores y poetas para su trabajo futuro en una fase de inquietudes, ilusiones abundantes y despliegues agitativos entre las masas. Roque Dalton, fue uno de los muchos patriotas que se asombraron al surgir a la vida consciente y darse cuenta del país en que vivían.

Una Segunda etapa podría formularse a partir de los poemarios estructurados en forma de libros de primera edición y que se inician con La ventana en el rostro (1961), pasando por los trabajos titulados, El mar (1962), El turno del ofendido (1963), Los testimonios (1964), Los pequeños infiernos (1970) y otros de creación poética, resultado de la renovación histórica del lenguaje.

Aquellos jóvenes sostenían que el lenguaje era obra viva de toda generación, que en materia literaria debía renovarse. Escribiendo sobre temas diversos encontramos a Roque Dalton con golpes existenciales muy tempraneros.

La iconoclastía antirreligiosa e histórico-social, la denuncia de las injusticias socio-políticas, la pugna por hacer penetrar en la conciencia popular los conceptos revolucionarios, inspiraban a Roque Dalton y a todos sus compañeros. Las visiones desprendidas del viajar viendo y aprendiendo por distintas rutas era temática de nuestro autor, siendo él muy joven tuvo oportunidad de viajar a Chile y otros países. La importancia de esta etapa podemos concretarla diciendo que Roque Dalton y los miembros de su generación amplían la exploración de nemerosas vertientes que fijan con bastante claridad muchas modalidades poéticas utilizadas por el poesía salvadoreña, de las décadas 50 y 60; esa etapa también caracterizada por ser de gran agitación política. La poesía misma se vertía en cosecha prolija de nuevos elementos y formas para decir la vida, al propio tiempo que orientaba el verso y la prosa en dirección a la denuncia revolucionaria, a la reivindicación de los trabajadores y sus condiciones de vida.

Esta etapa culmina en Roque Dalton con sus libros Historias prohibidas del Pulgarcito y Pobrecito poeta que era yo. Una de las principales características de los poetas de la Generación a que perteneció Roque Dalton, es saber decir la vida; más que inspirarse mentalmente se conmueven y enfurecen, más que emocionarse con un “nocturno”, se contagian con la posibilidad de que el pueblo viva algún día la revolución liberadora.

Tercera etapa. Taberna y otros lugares, más otros libros principalmente de ensayo vienen a constituir una etapa muy ideologizada “antipartido”, en el desarrollo de la obra literaria de Roque Dalton. En este aspecto incluímos La Revolución en la Revolución y la Crítica a la Derecha, Miguel Mármol, testimonio, 1972, Costa Rica; Caminando y Cantando, en colaboración con Miriam Lezcano, guión para espectáculo teatral, 1972; Pobrecito poeta que era yo, (citado antes) novela. 1973.

En Taberna y otros lugares, el autor acentúa sus conceptos a cerca del compromiso del escritor para con la sociedad, su época y la revolución. La idea general del libro plantea la controversia ideológica-política, así está expresada en Taberna y otros lugares, obra poética que fuera distinguida con el premio Casa de las Américas en 1969. El marco general del libro es de tipo anecdótico, transcripción e interpretación de opiniones de diverso carácter escuchados en una Taberna praguense, y “dichas” por personas de distinta condición social y edad, principalmente jóvenes. Sin embargo, el suceso político de la historia, de su país, El Salvador, está asociado y expresado en ese libro, de manera forzada.

Experimenta nuevas modalidades de técnicas poéticas, con recursos que ha logrado depurar en los años cercanos, o sea los de 1966/69, mientras vive en Praga. Manifiesta en esa obra sus conflictos ideológicos de militancia, sus acuerdos y desacuerdos con organizaciones a las que perteneció. Están igualmente dichos sus juicios sobre posiciones políticas que le interesan desde distintos puntos de vista.

En este sentido es necesario subrayar el abuso que en El Salvador se hace del pensamiento de Roque Dalton, al presentarlo como alguien que no registra incidencias del devenir histórico y político de esta sociedad en relación con sus ideas personales. Yo pienso que se trata de una manifestación de desinterés por investigar y conocer el fondo de los fenómenos.

Mala práctica no hay de parte del poeta, sino de quienes lo leen sin comprenderlo, sin reflexionar y por tanto, sin lograr una síntesis racional del contenido plasmado en sus escritos. En las obras de Dalton todos los elementos son pensados.

No hay en este libro cuestiones marginales, aunque sí conceptos discutibles con los que se puede estar o no estar de acuerdo. Desde el punto de vista poético las libertades que Roque Dalton imprime a sus poemas, aquí se hallan menguadas por la intencionalidad ideológica que la atraviesa.

La reacionalización en la composición de los materiales, lacera las alas de la poesía de este renombrado escritor. En Taberna y otros lugares, Roque Dalton, trabaja con una modalidad mediante la cual, el poeta, es una especie de antena directa, cercana al fonema; transmite las impresiones o fenómenos, no muy procesados estéticamente sino que los “interpreta” políticamente según opinión o parecer del autor. La forma utilizada se avenía a la época de las masas, éstas eran la criatura prometeica de aquella historia que deseaba, ya no arrebatar el fuego a los dioses, sino encender un infierno para propiciar la justicia social que necesitaba y se necesita todavía.

La Cuarta etapa de la poesía de Roque Dalton, llega a la vida desde la existencia agitada de este compañero, cuya voz de urgencias no le daba tregua a la poesía. No obstante los cinco seudónimos con que firmó en la clandestinidad; quienes estábamos familiarizados con su estilo, advertíamos el pulso creador de Roque Dalton en varios poemas. Vilma Flores, Juan Zapata, Luis Luna, Timoteo Lúe y Jorge Cruz, son nombres a los que se acogió el Poeta para divulgar sus poemas según los iba escribiendo; y sería de aquella etapa, su última obra poética, publicada bajo el título de ROQUE DALTON, Poemas Clandestinos 1982. Con anterioridad habían circulado algunos poemas sueltos de esta obra, en la capital salvadoreña (agosto 1977); me refiero a la edición mimeografiada que miraba la luz dos años después de ocurrida la muerte del Poeta, el 10 de mayo de 1975, en San Salvador, a manos de sus mismos "compañeros" de grupo guerrillero.

De los Poemas Clandestinos puntualizo lo siguiente:

1. Las circunstancias en que fueron creados estos poemas, los convierten en poesía, vivida y sentida en condiciones específicas de urgencias y militancias políticas.

2. La sinceridad que, como sabemos, es el oxígeno de la creación poética, está expresada de tal modo que campea con aires de oda a la alegría de vivir a pesar de las duras situaciones.

3. El acopio de humor que hace el autor, no obstante las adversidades por las que atravesaba como miembro de un grupo de la guerrilla urbana salvadoreña, reafirma su práctica de poetizar la vida a pesar de todo.

4. El sentimiento de rebeldía y cierta frustración vive en los Poemas Clandestinos, con la intensidad y la pasión de su Poema de Amor. 5. Finalmente, los Poemas Clandestinos son consecuentes testimonios de honor, el Poeta creía en las formas de lucha en que estaba enrolado; desafortu nadamente se equivocó cuando se afilió a una organización que no tenía ni idea de la poesía ni de un poeta.

Roque Dalton fue uno de los poetas de la secularmente soñada, revolución salvadoreña. Reverenció agradecido a la poesía porque le ayudó a mejorar su condición de hombre. La poesía fue el deslumbramiento que le hizo brillar inteligencia y corazón. Por ella caló en los problemas del pueblo.

En su lucha por la vida, la poesía fue para él como para todo poeta responsable de este país, la alternativa espléndida de su práctica revolucionaria.

La obra de Roque Dalton debe ser leída porque contiene vivos los elementos de su estética vital-revolucionaria, como yo defino su concepción poética; materia y espíritu de identidad e identificación, entre el poeta-hombre y el tiempo social en que vivió. Las conquistas y realizaciones futuras del pueblo salvadoreño, en cuyo seno nació y cantó, de alguna manera recordarán su aliento poético urgente y el acicate de una vida todavía sin vivirse y que ronda la muerte.

Finalmente, digamos que algunos de los libros de primera edición, preparados con anterioridad a la muerte del Poeta, pero no publicados sino después de su muerte son Un libro Rojo para Lenin, dos libros de crítica política y otros.

Los trabajos de Roque Dalton, deben ser divulgados y leídos con esmero; él como todos los escritores honestos de El Salvador, escribió por auténtica vocación para decir un mensaje a sus compatriotas y contemporáneos.

Roque Dalton, como sus compañeros de Generación, trabajó en la poesía por décadas sin esperar recompensa, lo hizo por amor a la vida, por ello su asesinato resulta cada vez más condenable.

Todo, cuanto de amor y odio, expresó en su obra, es hijo de una época en que su intelecto nació y se desarrolló. Sus afirmaciones y negaciones se pueden compartir o no, pero desde el instante en que él las plasmó en su obra y las firmó con su nombre las sostuvo como tales. En ningún momento extendió explicaciones a nadie ni desdijo el ser de su palabra.


El Diario Co-Latino, edición sábado 9 de agosto 1997.


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