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Sergio Ramírez Los sonidos vocales de las aves son de dos tipos: las llamadas, sonidos breves de estructura acústica simple, de una o dos sílabas, y el canto, una secuencia de notas melódicas. Los sonidos se producen en la siringe, compuesta de cuatro membranas, localizada en la parte baja de la tráquea. En las siringes complejas las cuatro membranas funcionan de manera casi independiente, así los cenzontles, cuyo nombre significa en náhuatl “cuatrocientas voces”, producen dos notas distintas al mismo tiempo, es decir, un dueto de una sola ave. El canto participa en una gran cantidad de sucesos del ciclo de vida de las aves: como un estimulante sexual para las hembras; para evidenciar el sexo, pues en algunas
especies solo los machos cantan; para demostrar que el macho está dispuesto a
defender su pareja o su territorio; para avisar de la presencia de comida o la
cercanía de los depredadores. Las palomas cantan cuando el sol está en el cenit;
en las aves nocturnas, es el ocaso el que las hace cantar. Algunas pueden imitar
con su canto el de otras aves, ladridos de perro y aun el sonido de los cascos de
un caballo, y, ya se sabe, la voz humana. Literatura
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