¿Quién es Álvaro Cepeda Samudio?

Alvaro Cepeda Samudio

      Álvaro Cepeda Samudio, narrador y periodista, nació en Barranquilla, Colombia, el 30 de marzo de 1926, y murió en Nueva York, el 12 de octubre de 1972. Sus padres fueron Luciano Cepeda (su abuelo paterno, Abel Cepeda Vidal, fue alcalde de Barranquilla en dos oportunidades; también fue Secretario de Educación y senador), y Sara Samudio, descendiente de una una familia culta.
       Álvaro nació asmático. Sus padres se separaron cuando él tenía seis años, y se fue a vivir con su madre a La Ciénaga. Su padre murió cuatro años después, en 1936, y Sara y Álvaro regresaron a Barranquilla, donde Álvaro ingresó en el Colegio Americano. En 1944, empezó a colaborar con el diario local El Heraldo, escribiendo una columna, “Cosas”, sobre temas políticos.
       En 1945, fue expulsadon del colegio, cuando cursaba tercero de bachillerato, después de escribir, en su columna, una distriba, con el título de “Anotaciones breves sobre los maestros”, contra varios profesores de la institución. Entonces empezó a estudiar en el Colegio de Barranquilla, una escuela pública.
       Un año después, regresó al Colegio Americano, donde fundó un grupo literario. Poco después empieza a colaborar en El Nacional. En 1948 se graduó de bachiller. Ese mismo año, en septiembre de 1948, conoció a Gabriel García Márquez, perioditsa del diario El Universal de Cartagena, que se encontraba de visita en Barranquilla.​
       Obtuvo una beca, otorgada por la Gobernación del Atlántico, para aprender inglés en Baton Rouge, Luisiana. El el 27 de mayo de 1949, Cepeda Samudio viajó a Estados Unidos, junto a su amigo Enrique Scopell. En Miami, conocieron dos venezolanas y los cuatro tomaron un avión hacia La Habana, donde estuvieron una semana.​ Cepeda Samudio viajó después a Ann Arbor, donde se matriculó en la Universidad de Míchigan. En agosto de 1949 viajó a Nueva York, donde ingresó a la Universidad de Columbia para estudiar periodismo y literatura. Allí también tomó cursos libres de imprenta, producción y diseño de revistas, ficción moderna y drama. Después de regresar a Michigan brevemente, regresó a Barranquilla el 20 de junio de 1950.
       De regreso en Colombia, Cepeda Samudio volvió a escribir una columna para El Heraldo, “Brújula de la cultura”. Junto con Gabriel García Márquez, Germán Vargas y Alfonso Fuenmayor publicó Crónica, una revista literaria y deportiva. La revista se publicó desde 1950 hasta 1952.
       En 1953, Cepeda Samudio aceptó ser director del periódico El Nacional. Inició una transformación editorial e informativa, con una nueva columna titulada “Séptimo círculo”, colaboraciones de periodistas reconocidos y tiradas matutinas y vespertinas. Sin embargo, el experimento no prosperó. Fue despedido en diciembre.​
       En la década de 1950, Cepeda Samudio incursionó en diversos oficios artísticos y comerciales. Además de escribir, fue vendedor de carros Ford (1950-1955) y electrodomésticos Westinghouse (1955-1958). En 1958, empezó a trabajar para el emporio familiar Santo Domingo: primero en labores administrativas y luego en la oficina de publicidad y relaciones públicas de la Cervecería Águila. Durante diez años fue empleado de la empresa y luego pasó a ser asesor de la marca, desde su agencia Martens Publicidad.​
       Con García Márquez, Vargas y Fuenmayor conformaron con Alejandro Obregón, Meira Delmar, Orlando Rivera, Julio Mario Santo Domingo, Miguel Camacho Carbonell, entre otros, el Grupo de Barranquilla. Desde 1954 se reunieron en La Cueva, un bar que era visitado esporádicamente por Marta Traba, Fernando Botero, Nereo López, Rafael Escalona, Héctor Rojas Herazo, Consuelo Araújo, Enrique Grau, entre otros. La Cueva cerró en 1969. De ahí en adelante varios de sus miembros se reunieron en el bar y restaurante La Tiendecita, a pocas cuadras.
       En 1954, publicó Todos estábamos a la espera, una colección de cuentos que revolucionaría la narrativa latinoamericana.​
       En 1955, se casó con Teresa Manotas, y tuvieron dos hijos, Zoila Patricia (1955-2013) y Álvaro Pablo (1958-1985). Cepeda Samudio tuvo dos hijos más con Alba Torres: Darío (1955-1979) y Margarita (1962).
       En noviembre de 1958, publicó el primer capítulo de la novela La casa grande, “Los soldados”, en la revista Mito. El 16 de abril de 1961, publicó el capítulo “El Padre”, en el “Magazine Dominical” del periódico El Espectador.​
       En 1962, publicó la novela: La casa grande, su única novela. La casa grande, rica en recursos literarios, mezcla diversas voces que narran la masacre de las bananeras, el evento ocurrido el 6 de diciembre de 1928, en Ciénaga, donde fueron asesinadas cientos de personas.
       El 12 de octubre de 1961, Cepeda Samudio entró a trabajar como director del Diario del Caribe, propiedad de Mario Santo Domingo. Pronto, el diario tuvo una diagramación novedosa, con muchas fotografías y titulares en rojo para destacar las noticias. Para diferenciarlo de El Heraldo, se publicaron más notas culturales y crónicas. Se retiró del Diario del Caribe el 10 de febrero de 1972.​
       Cepeda Samudio padecía de dolores de cabeza. En una visita a su médico, éste le sugirió viajar de inmediato a Nueva York. Fue internado en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center. Estaba en hospital cuando recibió el primer ejemplar de su segunda colección de cuentos, Los cuentos de Juana. Aunque los médicos tenían pensado darle de alta en tres días, falleció mientras dormía el 12 de octubre de 1972. Apenas tenía 46 años.


Obras:
Novela:
La casa grande (1962)

Cuentos:
Todos estábamos a la espera (1954)
Los cuentos de Juana (1972)


ÍNDICE:
Cuentos:
Todos estábamos a la espera (1954):
Hoy decidí vestirme de payaso
Todos estábamos a la espera
Vamos a matar los gaticos
Hay que buscar a Regina
Un cuento para Saroyan
Jumper-Jigger
El piano blanco
Nuevo intimismo
Tap-Room
Los cuentos de Juana (1972):
The Road of Excess Leads to the Palace of Wisdom
Las muñecas que hace Juana no tienen ojos
Desde que compró la cerbatana ya Juana no se aburre los domingos
A García Márquez Juana le oyó...
Desde que comenzaron a recortarle
Juana tenía el pelo de oro. No rubio, o dorado
Como me han dicho que vas a vivir en la Florida
Padre: José Dolores Bastos...
Por debajo de este ahogado ha corrido mucha agua
Sabanilla es un pueblo fantasma, de casas abandonadas
Cuando a Fray Bartolomé de Las Casas y Pujol se le ocurrió...
Ésta es la triste historia...
En este pueblo ya no canta la lechuza...
María Zenobia se sienta al piano en las tardes
Cuando Julio Roca era editor de “Diario del Caribe”
Juana tiene una amiga que vive en Bogotá
Juana aprendió sus primeras letras en la Biblia
“Ven enseguida, es Juana otra vez”
Después de meditarlo mucho
Barranquilla en domingo...

Novela:
La casa grande (1962):
Cap. 1: Los soldados
Cap. 2: La hermana
Cap. 3: El Padre
Cap. 4: El pueblo



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